viernes, 15 de abril de 2011

PRECISIÓN ¿REALMENTE ES TAN IMPORTANTE?

Quizás quienes hayan tenido la suerte o mala suerte de estar en un enfrentamiento puedan responderme.

En esta pregunta se reduce todo, lo que usted crea es lo que usted sentirá, y en definitiva será lo que usted  hará, o mejor dicho, será como usted reaccionará.

En mi experiencia, siendo la precisión muy deseable, en la mayor parte de las ocasiones, por la situación en sí de sorpresa, reacción, premura de tiempo, buscar precisión no solo será imposible, sino que además puede resultar contraproducente.

Piensen tan solo en una cosa, cualquier impacto en el adversario es bueno para usted. y malo para él. Así mismo, la reacción, los movimientos, la capacidad de impactar (aun sin ser precisos ni agrupados) le ampliara sus posibilidades de supervivencia y retardará al adversario. En las prácticas de tiro siempre debemos exigirnos un porcentaje de eficiencia lo más cercano posible al 100%, y nunca por debajo del 50%.
Ahora bien, en base a datos estadísticos contrastados, en los enfrentamientos reales raro es un nivel de eficacia superior al 20%, quedando el promedio entre 15 y el 25% en el mejor de los casos.

Un enfrentamiento armado se reduce a una cosa, “no ser alcanzado para alcanzar”, tan sencillo de comprender pero tan complicado a la hora de llevarlo a la práctica.

Este sencillo punto, en la mayoría de los casos, es el que también nos da la explicación de la baja tasa de aciertos respecto a las prácticas de tiro, por muy estresantes que queramos ponerlas. No queremos ser alcanzados, es evidente, es natural y es instintivo, y ello hace que nuestra capacidad de respuesta eficaz baje a escalones tan bajos.


Es la situación la que dicta la acción, no la técnica. En una clase, por muy … ¿enérgico? … que sea el instructor, jamás tendrá el factor fisiológico y psíquico de “no quiero que me den, si lo hacen moriré”. En el campo de tiro si se reacciona mal todo queda en unas palabras o unas cuantas lagartijas posteriori, en la realidad, todos sabemos dónde queda el que se equivoque más.
Es muy importante la puntería, la eficacia de nuestros disparos, pero ¿debemos prestarle toda nuestra atención?

En un enfrentamiento armado en el que la vida de uno mismo está en juego no existe el concepto de “disparar a matar”, solo el de “disparar para sobrevivir”, ya que nuestro cerebro no puede hacer otra cosa que poner el piloto automático del instinto inconsciente de supervivencia. Inconsciente y por tanto no controlable como para pensar en milésimas de segundo “voy a poner un impacto aquí, otro allí…”
No. Disparará donde, cómo y cuando pueda y la situación se lo permita, y con suerte, podrá contarlo.

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